El PSOE de Castrillón impulsa medidas fiscales amparadas por la Ley de Vivienda mientras el resto de partidos, PP-VOX y también IU, optan por el cálculo político votando en contra
En el Pleno del Ayuntamiento de Castrillón del pasado 10 de Octubre se debatió
algo más que una modificación fiscal: se debatió qué tipo de política queremos
hacer. El Grupo Socialista propuso adaptar la Ordenanza del IBI a la Ley
12/2023, de 24 de mayo, por el Derecho a la Vivienda, para que los
impuestos municipales sirvan para promover justicia social y acceso real a
la vivienda.
Cuatro medidas, tan sencillas como coherentes: recargo a
las viviendas vacías, bonificación a quienes alquilen con renta limitada,
recargo a las viviendas turísticas y bonificación a jóvenes que
compren su primera vivienda. Todas ellas amparadas por los artículos 72.4
y 74.2 del Texto Refundido de la Ley de Haciendas Locales (TRLRHL), y
alineadas con los principios de la Ley estatal de Vivienda.
Y, sobre todo, son medidas más necesarias y responsables que
una bajada lineal del IBI como la que PP-VOX plantean y que solo sirven
para recaudar algo más de medio millón de euros menos cada año. Medio
millón que dejará de invertirse en Castrillón en limpieza, asfaltados,
alumbrado, parques infantiles, etc… En definitiva, en servicios públicos
que mejoran la vida diaria de nuestras vecinas y vecinos. Frente a esa política
de titular fácil y consecuencias silenciosas, el PSOE propone una fiscalidad
inteligente: quien más contribuye al desequilibrio del mercado de la
vivienda paga más; quien ayuda a corregirlo, paga menos.
Lejos de ser una subida de impuestos, la propuesta del PSOE es
una llamada a la responsabilidad fiscal y social: que pague más quien
especula con la vivienda y reciba alivio quien contribuye a ponerla en uso. Un
planteamiento de puro sentido común que, sin embargo, el Pleno rechazó.
Que PP y VOX votaran en contra entraba dentro de lo
previsible: su visión del mercado inmobiliario no admite intervención pública
alguna. Pero lo que sorprendió a gran parte de la ciudadanía fue el voto
también negativo de IU. Quienes, desde posiciones progresistas, deberían haber
estado de este lado del tablero, quizá prefirieron dar más pesó al reflejo
partidista, al resentimiento político o al celo competencial que a la
coherencia con los principios progresistas que consideran la vivienda como un
bien social. Un error y, sobre todo, una falta de perspectiva: el derecho a
la vivienda no entiende ni de fronteras administrativas ni de prioridades
partidistas. O así debería ser.
El PSOE de Castrillón no compite con nadie. Busca responder
a problemas que afectan directamente a nuestras vecinas y vecinos: la falta
de oferta de alquiler asequible, la especulación con segundas residencias
vacías y la dificultad de los jóvenes para emanciparse. Frente a eso, lo cómodo
es enredarse en argumentos ficticios para votar en contra; lo que exige
compromiso, es dar un paso adelante. La coherencia progresista no se
demuestra con declaraciones, sino con decisiones. Y pocas decisiones encarnan
mejor la idea de justicia social que penalizar el abandono especulativo de
viviendas y premiar el alquiler responsable. La vivienda no es un terreno
para las disputas, sino un derecho que exige colaboración y coherencia.
La política se mide en hechos, no en discursos. Y el Pleno de
Castrillón del pasado 10 de octubre dejó claro quién defiende el derecho a la
vivienda como una prioridad y quién lo convierte en un eslogan. Penalizar la
vivienda vacía o premiar el alquiler asequible no es una batalla ideológica,
sino una decisión de justicia y sentido común.
Castrillón merece una política valiente, centrada en los
problemas reales y no en las rivalidades partidistas. Desde el PSOE seguiremos
impulsando medidas que pongan a las personas en el centro, con la misma
convicción que marcó nuestra propuesta: que cada vivienda vacía vuelva a
tener vida, y que cada joven tenga una oportunidad para empezar la suya aquí,
en su concejo.
En eso estamos en el PSOE de Castrillón y en eso seguiremos estando. Escuchando a la ciudadanía y trabajando nuestras propuestas. En definitiva, construyendo la alternativa que Castrillón merece.