Resulta tan sorprendente la rapidez con que nuestro arzobispo ha alumbrado el camino de su grey analizando el bautizo twittero de Benedicto XVI, como indignante su pragmatismo, cuando no su silencio, a la hora de ejercer la evangélica labor de denuncia de tantas situaciones socialmente intolerables en esta Asturias nuestra. Por más que sea un avezado usuario de las redes sociales y personifique, o lo intente, la implicación de la Iglesia con las nuevas tecnologías, ello no le debería eximir de justificar el porqué del contenido de algunos de sus escritos. Pero tal como está el patio en la Iglesia de Asturias, dudo mucho que haya respuesta a la pregunta de por qué quién debe guiar y aconsejar desde el Evangelio escribe sobre Whitney Houston o twitter y no sobre REALIDADES SOCIALES más tangibles hoy día en cualquiera de nuestras comunidades.
De pronto parece que se alumbra un tiempo nuevo en la Iglesia, por el mero hecho de que el Papa se haya enganchado a las redes sociales. Apenas 140 caracteres han obrado el milagro y sesudos analistas, creyentes o no creyentes, obispos, talibanes de sacristía y hasta algún despistado paracaidista recién llegado a esto del análisis eclesial, hablan ya de que la Iglesia se sitúa en la modernidad y da un paso de gigante a la hora de interpretar el tiempo que vivimos. Y sin el más mínimo sonrojo.
No seré yo quien critique el hecho de que el Papa tenga una cuenta en twitter, o donde le de la gana, pero quizá se debería matizar algo esa repentina efervescencia por poner de manifiesto lo actual que se ha vuelto la Iglesia, porque en este caso no sirve la máxima de que el medio es el mensaje. El mensaje de radio de Pío XII emitido el 1 de junio de 1941 en el 50 aniversario de la Rerum Novarum no fue importante por el medio por el que fue emitido, si no porque reivindicaba la indiscutible competencia de la Iglesia para intervenir en el problema social del momento. La utilización de la naciente televisión por parte de Juan XXIII a finales de los años 50 del siglo XX tuvo importancia por hacer llegar al mundo entero el llamamiento a toda la Iglesia a escuchar a los pobres para ser Iglesia pobre, de los pobres.
Que la Iglesia, o sus príncipes, pongan el uso de determinados medios como ejemplo de interpretación de los signos de los tiempos, equivale a reconocer la incapacidad de hacer sintonizar la Buena Noticia del Evangelio con la sociedad actual. Al fin y al cabo internet, las redes sociales, son una herramienta más, pero no son la varita mágica para evitar la pérdida de fuerza de la fe cristiana en la sociedad actual. Más bien deberíamos reconocer de una vez por todas que la fe cristiana va perdiendo su fuerza conforme se presenta más encerrada en conceptos y esquemas, que corren paralelos a una experiencia humana en constante evolución cuando deberían mezclarse en ella. Se hace necesario ahondar en la fe cristiana, sin duda, pero tengo mis dudas de que lo primero sea fijarnos en el vehículo. Si no sabemos hacia dónde queremos ir, ¿de qué nos sirve presumir de tener un Ferrari?
Sigo asociando la Iglesia a la definición de novedad que daba allá por el siglo XVII el diccionario de Covarrubias, “cosa nueva y no acostumbrada que suele ser peligrosa por traer consigo mudanza de lo antiguo”. Enmascarar la realidad haciendo ondear la bandera de la tecnología como razón, puede hacernos vivir la ilusión de ser cristianos cuando la triste realidad es que la Iglesia no es capaz de ofrecer nada nuevo que comunicar, porque con demasiada frecuencia termina repitiendo las profecías de este mundo. Eso sí, con lenguaje religioso.
Muy buen artículo Jose. Copio aquí un comentario al mismo que han dejado en mi muro de facebook, donde lo he compartido:
ResponderEliminar"Excelente artículo. Rafael, se me ocurre como agradecimiento por tu enlace un comentario sobre el acierto etimológico del título del artículo. Lo puedes tomar también como una sintonización con el humor del título, que encubre delicadamente la extrema seriedad del contenido:
◊ "Al fin y al cabo internet, las redes sociales, son una herramienta más, pero no son la varita mágica para evitar la pérdida de fuerza de la fe cristiana en la sociedad actual."
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◊ "Se hace necesario ahondar en la fe cristiana, sin duda, pero tengo mis dudas de que lo primero sea fijarnos en el vehículo. Si no sabemos hacia dónde queremos ir, ¿de qué nos sirve presumir de tener un Ferrari?"
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◊ Comentario sobre el acierto etimológico del título del artículo ◊
"Habemus Papam pipilantem" = "Tenemos un Papa tuitero" = "Tenemos un Papa que gorjea" = "Tenemos un Papa que trina"
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El tuit, hispanización del inglés "tweet", significa "gorjeo", acción y acto de "gorjear" o de "piar"
◊ Etymology of the Latin word "pipilare" = Spanish "gorjear" = Dicho de una persona o de un pájaro: 'Hacer quiebros con la voz en la garganta'. DRAE.
◊ the Latin word "pipilare" (twitter, chirp)
◊ Derivations in Latin: "pipilans", "Pipilo"
◊ Derivations in other languages: Albanian "pipëllij", Italian "pipilare", Portuguese "pipilar"