Epi y Blas cumplen hoy 40 años, toda una vida y apenas dos menos que yo. Epi, Blas y los demás forman parte de la niñez de más de una generación, la mía entre ellas. La hora de la merienda viendo en la tele BARRIO SÉSAMO es uno de esos recuerdos imborrables, que se hacen más presentes cuanto más viejos nos hacemos y que evocan, por lo menos en mi caso, una infancia feliz, muy feliz. ¡Ahora estoy delante! ¡Ahora estoy detrás! Visto desde el presente de Singchanes, Dragonballes y demás, parece una auténtica pardillada, pero encierra una enseñanza a la que no debemos renunciar, la televisión como medio educativo, y no me refiero a los adverbios. Volvamos por un momento a la programación infantil de la televisión de hace 35 años e intentemos combinarla con los niños de hoy. Creo que les gustaría, sinceramente. Acostumbrados como están al Disney Channel, al Cartoon Network, al Nick, a la programación de las cadenas generalistas, a la PSP, a la Wi, a la ..., a la ..., cuando ven en el televisor un programa que les enseña algo, lo que sea (estoy pensando en Art attack, por ejemplo) se enganchan, y en nuestra infancia la televisión tenía esa orientación educativa que hoy tanto se echa de menos. En fin, que Epi y Blas (¡qué curioso, siempre se dice Epi y Blas no conozco a nadie que diga Blas y Epi) cumplen 40 años en plena forma y sin crecer, que es lo mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario