Descubrí a Juan Marsé por una de sus
lecturas recomendadas en la universidad de entonces y lo descubrí no por mí,
sino por mi hermana, cinco años mayor que yo, cuando estudiaba Magisterio y yo
andaba por el Bachillerato, también el de entonces. Aquel libro de Marsé que
pululaba por casa entre la mesa de estudio y su mesilla de noche, del que me
llamó desde siempre la atención su título, era Un día volveré. Sonaba a muchas
cosas aquel título. Amenaza. Deseo. Certeza. Me inquietaba saber qué encerraba
realmente aquel título. Lo leí al verano siguiente del curso finalizado de mi
hermana, principios ochenta (recién salido el libro). Y descubrí a Julivert Mon
y descubrí a Marsé y descubrí que el título encerraba todo y nada de lo que yo
imaginaba, en realidad el título encerraba una falacia. Tras Un día volveré
llegó a mi cesta de lector compulsivo, sin más orden ni concierto que la
decisión inmediata, Si te dicen que caí y sus historias inventadas de niños,
capaces de tejer una realidad a la vez alucinante y cotidiana de la España de
la postguerra. Una despedida de la infancia, como el propio Marsé alguna vez
reseñó.
Hace unos días aparecieron obras
de Marsé ultrajadas en una biblioteca de Cambrils. "Botifler" ("traidor") fue una
de las pintadas a rotulador negro que aparecieron a toda página en, entre otros
títulos, Un día volveré. Desconozco si el autor o autora de la pintada habrá leído
el libro, intuyo que no, pero ese escupitajo a la palabra (las pintadas son
otra cosa distinta) da en el clavo de la falacia que descubrí cuando leí el
libro. La falacia de la violencia que no esconde otra cosa que la ruptura, el
abismo que separa, la venganza de la justicia. Por mal camino transita quien
pretende cargarse de razones, o no que diría el clásico, desde el señalamiento
del discrepante. Y si esto que aquí comparto llegaran a leerlo esos
señaladores/as, permítanme recomendarles la lectura de alguno de estos dos
libros de Marsé, porque en ellos podrán descubrir un mundo de ficción que narra
con prosa exquisita los desencuentros entre la ensoñación y la realidad. Imagino
que les suene de algo.
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